Metas Espirituales Concretas para este Año
“Año nuevo, vida nueva” esa es la frase que se usa alrededor de este tiempo, dándole la bienvenida al
2015. Al principio del año, hay mucho entusiasmo, mucho optimismo, y una gran resolución de que este
año no va ser como todos los años anteriores. El sentimiento es noble, pero suele durar por lo máximo
hasta la mitad del mes de enero (como por ahorita). Es muy fácil poner metas, pero sin ningún plan
realista, esas metas se convierten en sueños, que tal vez un día, al próximo año por seguro se podrán
lograr, pero ese día nunca llega. Es que las buenas intenciones no bastan, sino es necesario tener un
plan específico con metas concretas que se midan en el transcurso del año y en esas metas debe haber
también espacio para un plan espiritual de año nuevo.
Si algo se aprende en programas de superación personal es que si una meta no es concreta, no se va
lograr. Por ejemplo, bajar de peso es una meta muy común. Ya después de haber comido bastante
durante los días festivos, el sentimiento de culpa abarca a las personas ampliamente, y se resuelve que
empezando el mes de enero, ya va ver un régimen alimenticio estricto (la mentada dieta), y una
asistencia al gimnasio regular para bajar esos kilitos de más. A primera vista, suena bien, que bueno que
las personas se preocupen por su salud, y lleven una vida saludable cuidando su alimentación y ejercicio,
todo lo bueno que se hace a nivel corporal, ayuda también a nivel espiritual. Mas sin embargo, no basta
con decir estas cosas, son buenas metas pero muy amplias, muy generales, que se tienen que
concretizar. Si se dice que quiere bajar de peso ¿Cuántos kilos? (hay que especificar, no es no más al
tanteo) y ¿en cuánto tiempo? (no es de aquí al otro año, hay que poner fechas límites). Se tiene que ser
lo más específico que se pueda, “quiero bajar 8 kilos para el 20 de febrero 2015” (para decir una fecha).
Hay que poner una fecha concreta, un día y un mes, para que así se pueda medir el progreso. Que esta
meta también sea realista, no se puede decir, “quiero bajar 20 kilos en menos una semana” (si se puede
hacer, digan al gimnasio que van, para poder comprar una membrecía). El punto es poner metas que se
sabe se pueden cumplir en un tiempo determinado, sin quedarse a medio camino, porque las metas que
se pusieron fueron inalcanzables, e irrealistas. Antes de comenzar una meta de año nuevo, se debe
asegurar que se pueda hacer lo que se propone, sino es bueno reevaluar la meta, y hacerla más
concreta, y factible.
Es bueno que las personas tengan sus metas seculares para el año nuevo, siempre y cuando sean
plausibles y buenas, más sin embargo hay que también tener metas espirituales. Es triste, que al
empezar el año todos tenga metas seculares: carro nuevo, la promoción en el trabajo, ganar más
dinero, ir más de viaje, y muchas otras cosas que aparentemente traen la felicidad. Y ¿cuántos han
pensado en las metas espirituales? ¿Qué de tratar de ser mejores servidores en la vida de la iglesia?
¿Qué de ayudar al prójimo necesitado? ¿Qué de pasar más tiempo con Dios en la oración? Hay muchas
metas espirituales que se pueden hacer para este año nuevo, solamente se mencionaran tres que se
pueden ir aplicando. Pero antes de numerarlas, hay que recordar que de la misma manera, que se pide
que se planeen las metas seculares, también esto aplica a las metas espirituales: hay que tener un plan
específico y concreto. La primera meta propuesta es leer más la biblia, se puede ir concretizando esta
meta diciendo “Leer la biblia 3 veces por semana”, y una meta aún más concreta seria “Leer un
evangelio al mes, el primero para el 6 de Febrero del 2015.” La segunda meta propuesta es aumentar
más el tiempo de la oración. Se puede concretizar esta meta planeando en “leer un libro de
espiritualidad al mes, el primero terminarlo en el 20 de Febrero, 2015.” La última meta que se propone
en este artículo es servicio a la comunidad. Se puede concretizar esta meta planeando “Ayudar en tres
retiros o eventos que ofrezca la parroquia, antes del 1 de Junio, 2015.” Las fechas propuestas aquí son
arbitrarias, pero indican la necesidad de tener un tiempo razonable y realista en el cual lo planeado se
pueda cumplir sin tanta presión.
Que este año no sea un año más perdido, sino aprovecharlo a lo máximo. Dijo el filósofo Sócrates “la
vida no examinada, no vale la pena vivir,” esta frase se puede enmendar para decir “una vida sin
propósito, sin metas, sin plan, no es una vida que estas siendo bien vivida.” Hay que tener metas
concretas hacia el futuro, y no solamente seculares sino espirituales, que con el favor de Dios se puedan
cumplir para logro personal, y para gloria de Dios.
Article 1: About Planning Goals for the Year
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